10 Cosas qué hacer en Zaragoza: Una ciudad fascinante con todos sus encantos y realidades
Zaragoza, la quinta ciudad más grande de España, es un destino cautivador que fusiona historia y modernidad en un entorno vibrante y diverso. Su carácter es el resultado de siglos de influencias romanas, musulmanas, judías y cristianas, visibles en monumentos imponentes y en el ritmo de vida aragonés. Pero, como sucede en cualquier lugar turístico, Zaragoza tiene luces y sombras: mientras algunas de sus atracciones son genuinas joyas que te dejarán sin palabras, otras quizás no estén a la altura de sus propias leyendas.
Esta guía te lleva por lo mejor y lo más cuestionable, brindándote una perspectiva honesta para que aproveches al máximo tu estancia.
1. Basílica de Nuestra Señora del Pilar: Símbolo, Belleza y Opiniones Divididas
La Basílica del Pilar, un colosal monumento barroco a orillas del río Ebro, es el emblema más conocido de Zaragoza y uno de los principales motivos de peregrinación de España. La leyenda cuenta que fue en este mismo lugar donde la Virgen María se apareció al apóstol Santiago, dándole origen a este sitio sagrado.
Aunque muchos se sienten abrumados por la belleza de su exterior, con sus torres elevadas y cúpulas de colores decoradas con azulejos, la experiencia puede no ser igual para todos. En el interior, los frescos de Goya y la Capilla de la Virgen del Pilar son dos puntos destacados, pero algunos visitantes esperan una experiencia más impresionante y señalan que la decoración interna, en comparación con su magnífica fachada, resulta algo fría.
Para apreciar esta obra al máximo, sube a una de las torres de la basílica, desde donde tendrás una vista panorámica del Casco Antiguo y el río Ebro. Este detalle añade un valor extra que complementa la visita, especialmente al atardecer cuando la luz del sol ilumina la ciudad con un resplandor dorado.
2. Palacio de la Aljafería: Testimonio de la Época Islámica
A menudo subestimado y poco publicitado, el Palacio de la Aljafería es uno de los ejemplos más notables de arquitectura islámica fuera de Andalucía. Construido en el siglo XI como un palacio de recreo, es un testamento de la influencia musulmana en Aragón y un auténtico viaje en el tiempo a la Zaragoza islámica.
La Aljafería ha pasado por múltiples restauraciones y transformaciones, y hoy sirve también como sede del Parlamento de Aragón. Al recorrer sus patios, jardines y salas interiores decoradas con artesonados mudéjares, puedes imaginar la opulencia de antaño. Sin embargo, algunos visitantes se sienten decepcionados por ciertas restricciones de acceso debido a su uso como edificio gubernamental, así como por la decoración, que puede parecer austera en comparación con otros monumentos de época islámica.
A pesar de estas limitaciones, la visita a la Aljafería resulta reveladora para quienes desean profundizar en el pasado multicultural de Zaragoza. Es, sin duda, una parada imprescindible para quienes buscan algo más allá de la típica ruta turística.
3. El Tubo: Entre Tapas y Turistas
Si te gustan las tapas, habrás oído hablar de El Tubo, el emblemático barrio gastronómico de Zaragoza. Situado en el Casco Antiguo, El Tubo es un laberinto de estrechas callejuelas repletas de bares y restaurantes que ofrecen desde tapas tradicionales hasta propuestas innovadoras y modernas.
No obstante, este rincón icónico de la ciudad ha generado opiniones encontradas. Muchos lo ven como el epicentro de la vida nocturna y culinaria de Zaragoza, pero otros señalan que está excesivamente enfocado al turismo, lo que se refleja en precios que pueden resultar algo elevados para la calidad que ofrecen.
Aún así, si decides adentrarte en El Tubo, no dejes de probar especialidades como el "ternasco", un cordero joven y jugoso típico de Aragón, o la "borraja", una verdura de sabor suave que suele acompañar a platos de la región. Si prefieres una experiencia más auténtica y menos turística, busca bares locales en el barrio de San Pablo, donde podrás encontrar tapas de calidad a precios más accesibles, en un entorno menos concurrido.
4. La Seo: La Catedral que Merece Más Atención
A la sombra de la famosa Basílica del Pilar se encuentra La Seo, la Catedral del Salvador. Aunque no tiene la fama internacional de la Basílica, La Seo es una joya arquitectónica que combina estilos gótico, mudéjar, renacentista y barroco. Su fachada de ladrillo en estilo mudéjar y su retablo de alabastro en el interior son detalles que impresionan a quienes se aventuran a explorarla.
Para algunos viajeros, esta catedral es más impactante que la Basílica, especialmente debido a la riqueza de su decoración interior y el ambiente íntimo que se siente al recorrer sus pasillos. El Museo de Tapices, dentro de la misma catedral, es una sorpresa adicional: una extensa colección de tapices flamencos y franceses que no suele ser muy conocida, pero que ofrece una muestra de arte textil digna de verse. La entrada a La Seo no es gratuita, lo que a veces desanima a algunos visitantes, pero quienes aprecian la arquitectura y el arte consideran que vale cada céntimo.
5. Museo del Teatro Romano: Historia Viva con Limites
Zaragoza fue una importante ciudad romana conocida como Caesaraugusta, y el Museo del Teatro Romano es una ventana a esa época. Este teatro al aire libre, que una vez tuvo capacidad para más de 6,000 personas, fue descubierto a mediados del siglo XX y desde entonces ha sido parcialmente restaurado para que los visitantes puedan conocer esta parte de la historia de la ciudad.
Aunque es una parada fascinante, la experiencia puede resultar algo decepcionante para algunos debido a la falta de reconstrucción en comparación con otros teatros romanos en España, como el de Mérida.
Para los apasionados de la arqueología, el museo adyacente ofrece una visión interesante del contexto y del descubrimiento del teatro, y también se pueden ver artefactos hallados en el lugar. Sin embargo, si no eres particularmente amante de la historia romana, podrías optar por visitar otros sitios que ofrecen una experiencia más visualmente impactante.
6. Parque Grande José Antonio Labordeta: El Pulmón Verde de Zaragoza
El Parque Grande, también conocido como el Parque José Antonio Labordeta, es el mayor espacio verde de Zaragoza y una escapada perfecta del ajetreo urbano. En sus extensas áreas verdes y jardines, encontrarás desde fuentes monumentales hasta caminos ideales para paseos en bicicleta o caminatas relajantes.
Aunque es un parque atractivo, algunos visitantes opinan que no está a la altura de otros parques icónicos en España debido a la falta de actividades y de un cuidado más minucioso en ciertos rincones.
Para quienes buscan tranquilidad, el Parque Grande es el lugar ideal para pasar una tarde relajada, hacer un picnic o simplemente desconectar. Una visita recomendada es el Monumento a Alfonso I el Batallador, desde donde se obtiene una vista panorámica del parque y parte de la ciudad. Aunque es un espacio agradable, no todos lo considerarían una visita obligada.
7. Paseo por el Río Ebro y sus Puentes
El paseo por la ribera del río Ebro ofrece un agradable recorrido para disfrutar de Zaragoza a otro ritmo, especialmente si decides recorrerlo en bicicleta. Desde aquí, tendrás vistas al Puente de Piedra y a la Basílica del Pilar, enmarcados por las aguas del Ebro. Es una experiencia que invita a la tranquilidad, aunque hay quienes consideran que algunos tramos del paseo no están tan bien mantenidos como deberían, especialmente en cuanto a limpieza y cuidado de la vegetación.
A pesar de estos detalles, un paseo por el río es ideal al atardecer, cuando las luces de la ciudad y el reflejo en el agua crean un ambiente mágico. Si tienes suerte, podrás ver algunas de las aves locales que habitan en la zona. El Puente de Piedra, uno de los puentes más antiguos sobre el Ebro, es un excelente lugar para tomar fotos y disfrutar del paisaje urbano.
8. Acuario de Zaragoza: Una Experiencia con Matices
El Acuario de Zaragoza es el mayor acuario fluvial de Europa, con una colección de más de 200 especies de río. Sin embargo, la experiencia puede ser un tanto polarizante: mientras que a algunas familias y niños les fascina, otros visitantes opinan que el precio de la entrada no se corresponde con lo que ofrece en comparación con otros acuarios de España. La variedad de especies y el enfoque en la vida fluvial son interesantes, pero no todos encuentran que la infraestructura esté a la altura de su reputación.
Si viajas con niños, el acuario puede ser una actividad educativa y entretenida. Sin embargo, para quienes buscan atracciones que capturen el espíritu de Zaragoza, quizás el acuario no sea una parada esencial.
9. Calle Alfonso I: Fotogénica pero Comerciante
La Calle Alfonso I es una de las calles más famosas de Zaragoza, donde las tiendas de souvenirs, cafeterías y restaurantes conviven en una vía peatonal que ofrece una vista directa a la Basílica del Pilar. Es una calle muy transitada y probablemente la más fotogénica de la ciudad. Sin embargo, la atmósfera puede parecer artificial para algunos, especialmente porque la calle está dominada por cadenas de tiendas y franquicias internacionales, lo que le resta autenticidad.
Aunque pasear por la Calle Alfonso I es casi obligatorio, la verdadera esencia de Zaragoza se encuentra en las calles adyacentes, menos concurridas y repletas de negocios familiares y cafeterías tradicionales. Si bien es una excelente opción para tomar fotos, no te limites a esta calle y atrévete a explorar los alrededores para descubrir lugares con un toque más local y menos comercial.
10. Mercado Central de Zaragoza: Modernidad y Tradición
El Mercado Central de Zaragoza ha sido renovado recientemente, y aunque conserva su función original como centro de abasto, su modernización ha dividido opiniones. Para algunos, el nuevo diseño ha quitado algo del encanto tradicional que caracteriza a los mercados españoles, mientras que otros aprecian las mejoras en infraestructura y accesibilidad. En cualquier caso, el mercado sigue siendo un buen lugar para conocer y degustar la gastronomía local, desde embutidos y quesos hasta productos frescos de la región.
Para los amantes de la comida, recorrer los puestos y probar algunos productos aragoneses es una experiencia valiosa. El ambiente es acogedor, y podrás interactuar con vendedores que, a menudo, ofrecen degustaciones. Aunque el mercado ha cambiado, sigue siendo un punto interesante para quienes deseen probar un poco del sabor auténtico de Zaragoza.
Conclusión
Para concluir, Zaragoza es una ciudad que mezcla historia, autenticidad y sorpresas que la convierten en un destino lleno de matices. Desde la imponencia de la Basílica del Pilar y los detalles mudéjares de La Seo, hasta el ambiente vibrante de El Tubo y los paisajes tranquilos a lo largo del río Ebro, cada lugar ofrece una perspectiva diferente de esta fascinante capital aragonesa.
Ya sea que explores sus orígenes romanos en el Teatro, pasees entre los puestos del Mercado Central o disfrutes de un día en el Parque Grande, Zaragoza logra combinar perfectamente su legado con un espíritu moderno.
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FAQ - Preguntas Frecuentes
1. ¿Es seguro visitar Zaragoza?
Zaragoza es una ciudad segura en general, aunque como en cualquier destino turístico, se recomienda tomar precauciones básicas, especialmente en áreas muy concurridas.
2. ¿Cuántos días se necesitan para conocer Zaragoza?
Con tres días es posible disfrutar de las principales atracciones, aunque algunos pueden preferir un ritmo más pausado y quedarse un día extra.
3. ¿Qué platos típicos se pueden probar en Zaragoza?
La gastronomía de Zaragoza incluye platos como el “ternasco” asado y las “migas aragonesas”. También es común la “borraja”, una verdura local poco conocida pero muy apreciada.
4. ¿Qué otras actividades familiares ofrece Zaragoza?
Además del Acuario y el Parque Grande, hay actividades como el Museo del Fuego y de los Bomberos, que resulta interesante para los más pequeños.